vamos a resolver esto de un modo muy práctico , porque veo que actúas como un ser digamos terrenal, con los pies muy bien puestos en la tierra y que sólo cree en lo que ve, que todo busca explicarlo a través del método científico ¿no es cierto?.
- Edmundo asintió con la cabeza.
- Vamos pues, dijo el maestro. ¿Que dirías si yo afirmo que tu conoces la esencia, la base del conocimiento llamado Reiki, Sanación pránica, Magnified Healing, o Imposición de manos?.
- Diría que esta loco, contestó enseguida Edmundo.
- Entonces este loco afirma que tu conoces la esencia de estos libros.Y mientras decía esto el maestro fue tomando de su biblioteca ciertos libros, marcando determinadas hojas y apoyándolos sobre la mesa.
- Maestro yo nunca leí esos libros, y desconozco los métodos, es más le apuesto lo que quiera que yo no se nada sobre esos temas.
- ¿Sigues afirmando que desconoces el contenido esencial de estos libros? Vamos a aclarar un poco más el tema. ¿Tienes alguna idea de como tratar a una persona que tenga por ejemplo un fuerte dolor?.
- Maestro, le repito en realidad no sé nada de estos temas y jamás he leído ningún libro acerca de esto. Y le insisto con la apuesta.
- Apuesta aceptada, el que pierda donará algo a una institución benéfica, dijo el maestro alegremente, mientras se ponía de pie y le pedía a Edmundo que hiciese lo mismo.
- ¿Listo para el experimento?. Veamos la hipótesis: yo afirmo que tu sabes exactamente qué hacer, aplicando conceptos básicos contenidos en estos libros, cuando una persona tiene un fuerte dolor en la pantorrilla, digamos por ejemplo por un golpe- y el maestro se señaló en su propia pierna la zona a la que se refería.
- Y yo afirmo, dijo ahora risueñamente Edmundo, que más que llamar a la ambulancia o al médico yo no tengo la menor idea de lo que hay que hacer.
- Te voy a pedir que así parado como estás mires para arriba a esa lámpara.
- Edmundo apenas había comenzado a mover su cabeza hacia la lámpara cuando el maestro le dio un puntapié en la pantorrilla.
- Y a continuación Edmundo, se encogió sobre sí mismo, emitió un grito de dolor, y trató de emitir un insulto, que nunca salió de su boca, pues de pronto cerró sus ojos, puso sus manos sobre el lugar lastimado y contuvo la respiración durante unos 20 segundos hasta que finalmente el dolor desapareció y su cara comenzó a relajarse. Mientras tanto el maestro se había sentado tranquilamente y observaba muy interesado lo que hacía Edmundo, que ya libre del fuerte dolor se acercó entre enfurecido e intrigado y le preguntó al maestro:
- ¿Pero por qué me golpeó en la pierna?.
- Y el maestro le contestó:
- ¿Y por qué hiciste lo que hiciste cuando te golpeé?. Edmundo se quedó pensando, mientras se aflojaba la corbata y se sentaba al lado del maestro.
- Y no sé, lo hice instintivamente , realmente no sé por qué lo hice- , y mientras decía esto se seguía pasando, descuidadamente, la mano sobre la pierna golpeada como acariciándola.
- Pues ya ves, he ganado-, dijo triunfalmente el maestro.
- ¿Cómo que ha ganado?. ¿De qué está hablando?. ¿Qué tiene que ver el golpe con lo que hablábamos?.
- Todo, le contestó el maestro , mientras le acercaba un libro de sanación de los que había separado y que estaba señalizado en la página 14. - Lee lo que dice:
- Y Edmundo leyó: "Uno de los principios básicos de la sanación consiste en poner la palma de la mano sobre el lugar afectado, cerrar los ojos para una mejor canalización de la energía y retener la respiración para que esa energía fluya hacia el lugar afectado".
- Luego Edumundo asombrado tomó y leyó los otros libros. Descubrió que en cierto modo en todas las técnicas estaban indicados estos principios básicos.
- Verás entonces, dijo el maestro retomando la conversación, - Te he demostrado que uno tiene incorporado esa información en su naturaleza.
- Uno sabe instintivamente muchas cosas, aunque no sepa que las sabe.Y señalando la pierna lastimada agregó:
- Como estás haciendo ahora que te acaricias el lugar lastimado, o como una madre pasaría la mano sobre el estómago de su niño al que le "duele la panza", mientras le dice "sana sana colita de rana".
- Esta información y mucha otra está en nosotros, y debemos simplemente dejar que salga al exterior consciente de nuestra vida cada vez que la necesitemos.
- Luego de aceptar esto podremos leer todos los libros que querramos y hacer todos los cursos que deseemos, pues en definitiva todo conocimiento exterior, lo que hace es ayudar a traer a la superficie de nuestro ser, a recordar un conocimiento que ya poseemos.
- Edmundo se anotó en el curso, y dicen que a partir de ese día cada vez que le preguntaban sobre algún tema que él desconocía, simplemente cerraba los ojos y buscaba en su interior la respuesta adecuada.